En el blog ya os había mencionado esta maravillosa serie que se llama TOUCH, es un drama con elementos de acción y espiritualidad.
El argumento subraya la premisa que sustenta el relato: todo y todos estamos interconectados, aunque no lo parezca, y sólo algunas personas privilegiadas son capaces de encontrar los patrones escondidos en el entorno que, convenientemente descifrados, permiten predecir el futuro. Una de ellas es el joven Jake, de 11 años, con autismo, que no deja que nadie le toque y no habla desde que perdió a su madre. A su padre, ex periodista, se le tranquiliza el ánimo cuando percibe que su hijo no ha dejado de comunicarse con el mundo, sino que lo hace de modo diferente, puede predecir el futuro y comunicarse con él vía una serie compleja de números..
Quisiera compartir dos reflexiones contenidas en esta serie:
"La relación siempre
es la misma 1 a 1.618 una y otra y otra vez. Los patrones están escondidos a
simple vista. Solo hay que saber donde mirar. Cosas que la mayoría de la gente
ve como caos... En realidad son imperceptibles leyes de comportamiento.
Galaxias, plantas, caracoles marinos. Los patrones nunca mienten.Pero solo
algunas de nosotros pueden ver cómo encajan las piezas.
7.080.360.000 de nosotros vive en este diminuto planeta. Hay un antiguo mito chino sobre el Hilo Rojo del Destino. Dice que:
... los dioses ataron un Hilo rojo alrededor de nuestros tobillos... Y unieron a toda la gente cuya vida están destinadas a tocarse. Este hilo puede estirarse o enredarse, pero jamás se romperá. Todo está predeterminado por las probabilidades matemáticas... y es mi trabajo seguir el rastro de todos esos números... para hacer las conexiones para aquellos que necesitan encontrarse. Aquellos cuya vidas necesitan tocarse.
"Todos formamos parte de
este mosaico infinito, cada uno somos una celdilla del panal de miel. Y aunque
las piezas individuales de este puzzle puede que jamás se toquen a nivel
físico... todas forman parte del mismo gran mosaico.
Como los ladrillos de un muro, el conjunto se hace más fuerte a cada ladrillo. Quita uno, y todo se viene abajo.
Quizá no seamos conscientes de ello, la integridad de ese muro se pone a prueba a diario. Pero el muro aguanta... porque todo el mundo lo apoya de forma colectiva."
Como los ladrillos de un muro, el conjunto se hace más fuerte a cada ladrillo. Quita uno, y todo se viene abajo.
Quizá no seamos conscientes de ello, la integridad de ese muro se pone a prueba a diario. Pero el muro aguanta... porque todo el mundo lo apoya de forma colectiva."