Nacido el seno de una humilde familia de colonos franceses, con una madre analfabeta y casi sordomuda, y un padre que prácticamente no llegó a conocer al morir en la Primera Guerra Mundial, Camus no olvidó los esfuerzos de su profesor. Por eso, tras dedicarle el discurso de agradecimiento al recibir el Nobel también le escribió una carta de su puño y letra para agradecerle en primera persona todas sus enseñanzas.
La carta ha sido traducida al inglés y publicada en el libro More Letters of Note, y decía lo siguiente:
Querido señor Germain:He esperado a que se apagase un poco el ruido que me ha rodeado todos estos días antes de hablarle de todo corazón. He recibido un honor demasiado grande, que no he buscado ni pedido. Pero cuando supe la noticia, pensé primero en mi madre y después en usted. Sin usted, la mano afectuosa que tendió al pobre niñito que era yo, sin su enseñanza y ejemplo, no hubiese sucedido nada de esto. No es que dé demasiada importancia a un honor de este tipo. Pero ofrece por lo menos la oportunidad de decirle lo que usted ha sido y sigue siendo para mí, y le puedo asegurar que sus esfuerzos, su trabajo y el corazón generoso que usted puso continúan siempre vivos en uno de sus pequeños discípulos, que, a pesar de los años, no ha dejado de ser su alumno agradecido.Le mando un abrazo de todo corazón.Albert Camus