El problema que plantea esta película es la apatía y negligencia de la raza humana al medio ambiente a través de un consumismo desenfrenado y mal proceso de los desechos, haciendo que el planeta quedara hundido en basura.
En un último intento por remediar tal catástrofe, se diseñan los robots de servicio, los "Wall-e" con el objetivo de compactar y apilar desechos, al fracasar este proyecto, los humanos emprenden un viaje en una nave espacial en donde el sedentarismo y la tecnología alejan a las personas del planeta y su entorno.
La película deja en entredicho las conductas actuales del ser humano como la superpoblación, el consumismo y, sobre todo, el manejo de los desechos sólidos, así como la indiferencia hacia el entorno natural y su preservación.